Está bien. Yo te deseo, te amo, en cierta forma. Te miro como a ningún otro hombre que habite en la tierra. Son miradas diferentes, profundas, sinceras, de verdad, llenas de amor, con pasión, que entre llantos, se mojan, se entriztesen por no mirarte, por no poder ir a encontrarse con tus miradas, como solían hacer, y mientras que mis miradas encontraban tus ojos, me podía llenar de amor, pasión, paz, tranquilidad, podía sentir la tranquilidad en mí, tenía ese poder de sentir que todo era perfecto, con todo lo que sé que me anda pasando. Pero tus miradas, mis miradas, eran mi refugio, en ellos encontraba lo que en ningún otro lado puedo entrar. Sólo hay un hombre en un millón que me pueda dar eso, y hoy en día, sos ese hombre...
Pero cómo deshacerme de aquellas palabras, aquellas miradas? De todo eso que me hacía tan bien? :(
No creo ser la mujer que buscás, como no creo que seas el hombre que yo busco, pero aún así, me importas, y éso no lo puedo evitar. No puedo evitar lo inevitable.
Sólo te pido que cierres tus ojos y dejes que tus manos recorran mi piel, mis labios, que puedas sentir con tu cuerpo lo que siento yo por vos.
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