-Querido... –dijo Emma, y Siaro apuntó su mirada a ella, aún más sorprendido. Drake también la miró. –Sólo... quiero devuelta mis reliquias, -apenas se había adelantado unos dos pasos hacia delante. –No me importa quiénes son, ni por qué lo hicieron, ni qué pasará con ustedes, sólo quiero devuelta las reliquias. –Drake seguía sin contestar, y aún la miraba detenidamente. Hubo unos minutos de silencio. Emma mantenía su mirada en el detenido, aún esperanzada.
-Le diré una cosa –dijo rompiendo el silencio. A Emma le sorprendió lo respetoso que era. –Yo sólo sé que Marín tiene las reliquias.
-¿Marín? ¿Quién es Marín? –preguntaba MacKenzie.
-El líder del grupo.
-¿Hablas de... Mirbo?
-Sí. De Mirbo. –Siaro se dirigió a la computadora por la cual entró él con Pattinson.
MacKenzie susurraba entre dientes "Mirbo". Era a quien buscaba principalmente. Pero no lo había encontrado con ese apellido. Siaro se dirigió a Drake, en cuanto terminó con la búsqueda.
-¿Qué es lo último que sabes de él?
-La última vez que nos vimos fue cuando nos dirigimos a la casa que tomamos para nuestros planes.
-¿Y dónde queda esta casa?
-Pasando el parque central.
-¿Dirección exacta?
-Al lado de un local de Sportcenter. Calle Central Park West y la 85 st.
-Bien. ¿No sabes si ahora se encuentra allá?
-Debe de estarlo. Estoy seguro.
-Está bien. Le avisaré a Falls. Lo necesito a él. Pero primero... –antes de continuar, se dio la vuelta, y la miró a Emma. –Déjeme llevarla hasta casa. Quiero asegurarme de que llegue bien.
-Sí –aceptó Pattinson. Y MacKenzie la escoltó hasta su auto. Y mientras que Siaro manejaba, preguntó: -Emma, ¿la puedo tutear?
-Sí, ¿y viceversa?
-Desde luego –ambos se sonrieron se sonrieron. -¿Cómo estás? ¿Bien? ¿En shock?
-Y... entre bien y en shock.
-¿En serio? –Emma lo miró y asintió con la cabeza.
-Mira –le señaló a un señor de ambulante con un carro lleno de bebidas. -¿Queres que te compre agua?
-Es mucha molestia.
-No. Para nada. –Siaro se detuvo, apagó el motor, dejando a un lado de la calle al auto, se bajó y se dirigió al señor. –Disculpe, señor. –Éste, al mirarlo a Siaro, respondió:
-¿Si?
-Un agua, por favor. –El vendedor tomó dos y preguntó:
-¿Fría o caliente?
-Fría.
-Tome, -y estiró la mano con la bebida a él.
-¿Cuánto es?
-Un dólar.
-Bien.
-Chau, -dijo Siaro, al echarle una última mirada al vendedor, luego de que dio media vuelta.
Siaro volvió al auto, y le dio a Emma el agua.
-Gracias... Siaro, -él la miró, y luego de sonreír, le dio las de nadas.
viernes, 20 de agosto de 2010
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Historias que vendrán
Lo que nadie sabe es que muchas veces, el verdadero amor puede llegar cuando sea tarde, pero para ese entonces, no será tarde, ya que lo hemos encontrado.
Nunca es tarde para las buenas cosas. Aunque cuando somos jóvenes queremos lo bueno en aquel entonces, para cuando seamos viejos en el tiempo, no sé qué es lo que nos quedará en verdad.
Podemos jugar con los sentimientos del presente, pero no con los del mañana. Podemos jugar con las miradas del hoy, pero no con las que vendrás en el tiempo futuro.
Estamos viendo historias pasar, cuando sentimos que la nuestra no vale la pena ser contada, ni oída. Pero en cuanto la narremos, sabremos que para ese entonces valdrá toda la pena del mundo que sea relatada y escuchada por muchos que hoy no están...
Entre redes e historias del pasado
Contigo en la distancia siento que no puedo volar, pero cuando estamos juntos, cuando estás a mi lado, puedo hacerlo, y más. Contigo, sé que puedo hacer más de lo que soy capaz, porque estás tú ahí para mí.
Claramente, hemos perdido años del otro, hemos pasado el tiempo sin saber del otro, y ahora, no podemos saber todo de repente, pero muero por estar a tu lado y escucharte. Deseo escucharte contar mil historias, tu voz para mí es mi balada perfecta.
Dime dónde estás, iré hasta ti para hacerte saber que un amor real jamás de olvida simplemente.
Me iré de viaje a Chicago, y quiero que vengas conmigo. No hay mejor que tu compañía misma en cualquier instante. Tan sólo dime que no es tarde para este amor que jamás murió. Un amor que no deja de respirar, una sensación bella como inaudita, algo que deja huellas en nosotros.
Dime dónde estás, iré hasta ti para hacerte saber que un amor real jamás de olvida simplemente.
Me iré de viaje a Chicago, y quiero que vengas conmigo. No hay mejor que tu compañía misma en cualquier instante. Tan sólo dime que no es tarde para este amor que jamás murió. Un amor que no deja de respirar, una sensación bella como inaudita, algo que deja huellas en nosotros.
Niño y hombre
Dos maneras de ser. Vida y placer. Así es como me enamoras con tu forma de moverte.
Ven y búscame como la mariposa a la libertad del son.
Hay cada quien busca su canción de amor, como quien busca su canción de expresión.
Amigo, cómo no te das cuenta de que me he enamorado de ti, que por esa razón jamás te olvidé, me has seducido entre los años... con el corazón a punto de estallar, si te acercas una vez más, te diré la verdad.
Me duele verte sabiendo que no me amas. No resisto a estar sin ti, es por eso que me hace falta la respiración, porque me la quitas hasta volvernos a ver, la guardas, la mantienes y luego me la devuelves hasta retornar a nuestros cuerpos.
Quiero tenerte entre mis brazos, para saber que puedo continuar convida.
Dime dónde estás, y te buscaré.
Te amaré hasta que no respire más
Por ti daría la vida, lo dejaría todo porque estuvieras aquí, junto a mí.
Quiero hacerte sentir que cada día te vuelvo a elegir, quiero vivir la vida entera junto a ti. Y si no podré, es por razones del amor, que no caben en la razón. Razones que sólo el amor puede explicar, aquellas desconocidas que aún no logro descubrir.
Te voy a amar, y hacerte sentir que eres el único para mí... Quiero estar a tu lado, para cuidarte cuando no puedas, quiero estar por el simple hecho de estar.
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