Miércoles 2 de septiempre, 2009.
Honey:
Aquella noche, me enamoré de ti. Aunque nunca pensé en hacerlo. Todo fue muy rápido, raro. Como me has dicho... Pero yo sólo sigo con un corazón que palpita por ti, por tu amor, por aquel beso que todavía no fue.
Sólo te pido que me mires, y me digas lo que sientes por mí.
Quiero decirte adiós, pero me duele pensar en el hecho de hacerlo.
Pienso en cuándo será ese día en que me digas, amor, ésto es para siempre, no te olvido, te amaré tanto, por siempre, que me sobrará amor para vos...
Y cuando el día en que me dijiste no llegó, pensé que no podría haber más.
No te guardo remordimiento, ni rencor. Sólo pensamientos.
Aquella noche de fiesta, en el barrio, recordé lo cuánto es que te amo. Que todos los días te pienso. Lo hermoso que estabas. Lo simpática que era la noche. Siempre recuerdo que pudímos haber bailado juntos, esa noche... pero no fue así. Ni siquiera, el beso de nuestras vidas, con el que te darías cuenta de que soy yo. De que siempre fui yo...
Gracias por dejarme entrar a tu vida. Aunque no como la persona que era, una amiga, una mujer más. Y sabés bien, que el único recuerdo que me queda es aquel sueño que tuve junto a ti.
En tus manos, dejo mi cofre. El cofre en el que guardé mi corazón, para que lo cuides bien. Para que siempre recuerdes de que hubo una mujer con amor por ti...
PD: nos vemos pronto, en algún sueño tuyo...
Al terminar esta carta, nadie sabe qué hará aquella persona, en su poder un cofre que contiene el corazón de la mujer que lo amó, y la carta que le escribió...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario