En el bar. Cuando salió, sólo pensaba adónde ir después de eso, y como no pensaba en mucho, comenzó a caminar hacia la derecha de donde salió.
Emprendio camino sin fin, sin motivo alguna, más que despejar su mente. No sabía porqué se había del bar en ese instante. Tal vez, no queria más descepciones. ¿Descepciones en qué? Él se lo preguntaba "¿por qué me fui?, ¿qué habría pasado?. No importa ya..." ¿Qué más daba seguir pensando en eso? Nada. Él sólo caminaba y caminaba por las calles oscuras y desiertas de Manhattan. No tenía noción del tiempo. Quería consultar su reloj, pero a la vez, ¿qué importaba? Tomó su muñeca izquierda, y se fijó, lo mataban las ganas. Dos y media de la madrugada.
- No puede ser - dijo. - ¿Dos y media?
No había duda alguna que camino sin distracción en su mente, más que el mismo camino... Se pudo distraer tanto, que no pensaba en el tiempo.
De repente, se escucharon algunas voces provenir de un lugar a pocos metros más adelante de donde él estaba. Vió salir a varias personas, ninguna cara conocida. Todos extraños, por supuesto. Podía ver cómo varios le gritaban a una persona que se había detenido ahí dentro, y todavía no salía.
Cuando Siaro se aproximaba más al montón de personas, salío ella. Él se quedó anonadado. No sabía si era ella, o no. Había pasado tiempo que no la veía en aquel teatro, y luego, en el bar. Ella quedó mirandolo, también se extrañó.
- Hola - dijo ella sin pensarlo. Siaro la miró, no sabía qué responder.
- Amigo, cuando una persona te saluda, lo que corresponde es devolver el saludo. - Dijo uno que estaba por ahí, asomando la cabeza. Siaro, que caminaba con las manos en los bolsillos de su pantalón, le dijo:
- Hola. - Y sin detenerse, siguió su camino. Ella se quedó paralizda por un instante.
- ¿Quién era ese? -, preguntó una de sus compañeras, al verlo alejar, mientras que se acercaba a su amiga.
- ¿Qué?
- ¿Que quién era? - le preguntó sonriente, al mirarla.
- ¿Sabés que no sé?
- No sabes, y ¿por qué lo saludaste?
- Su rostro... se me hacía conocido.
- Se te hacía conocido - interrumpió un muchacho de ahí. - Claro.
- ¿Qué? ¿Qué...?
- Nada - dijo éste. Emma no entendía su comportamiento.
domingo, 18 de julio de 2010
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Historias que vendrán
Lo que nadie sabe es que muchas veces, el verdadero amor puede llegar cuando sea tarde, pero para ese entonces, no será tarde, ya que lo hemos encontrado.
Nunca es tarde para las buenas cosas. Aunque cuando somos jóvenes queremos lo bueno en aquel entonces, para cuando seamos viejos en el tiempo, no sé qué es lo que nos quedará en verdad.
Podemos jugar con los sentimientos del presente, pero no con los del mañana. Podemos jugar con las miradas del hoy, pero no con las que vendrás en el tiempo futuro.
Estamos viendo historias pasar, cuando sentimos que la nuestra no vale la pena ser contada, ni oída. Pero en cuanto la narremos, sabremos que para ese entonces valdrá toda la pena del mundo que sea relatada y escuchada por muchos que hoy no están...
Entre redes e historias del pasado
Contigo en la distancia siento que no puedo volar, pero cuando estamos juntos, cuando estás a mi lado, puedo hacerlo, y más. Contigo, sé que puedo hacer más de lo que soy capaz, porque estás tú ahí para mí.
Claramente, hemos perdido años del otro, hemos pasado el tiempo sin saber del otro, y ahora, no podemos saber todo de repente, pero muero por estar a tu lado y escucharte. Deseo escucharte contar mil historias, tu voz para mí es mi balada perfecta.
Dime dónde estás, iré hasta ti para hacerte saber que un amor real jamás de olvida simplemente.
Me iré de viaje a Chicago, y quiero que vengas conmigo. No hay mejor que tu compañía misma en cualquier instante. Tan sólo dime que no es tarde para este amor que jamás murió. Un amor que no deja de respirar, una sensación bella como inaudita, algo que deja huellas en nosotros.
Dime dónde estás, iré hasta ti para hacerte saber que un amor real jamás de olvida simplemente.
Me iré de viaje a Chicago, y quiero que vengas conmigo. No hay mejor que tu compañía misma en cualquier instante. Tan sólo dime que no es tarde para este amor que jamás murió. Un amor que no deja de respirar, una sensación bella como inaudita, algo que deja huellas en nosotros.
Niño y hombre
Dos maneras de ser. Vida y placer. Así es como me enamoras con tu forma de moverte.
Ven y búscame como la mariposa a la libertad del son.
Hay cada quien busca su canción de amor, como quien busca su canción de expresión.
Amigo, cómo no te das cuenta de que me he enamorado de ti, que por esa razón jamás te olvidé, me has seducido entre los años... con el corazón a punto de estallar, si te acercas una vez más, te diré la verdad.
Me duele verte sabiendo que no me amas. No resisto a estar sin ti, es por eso que me hace falta la respiración, porque me la quitas hasta volvernos a ver, la guardas, la mantienes y luego me la devuelves hasta retornar a nuestros cuerpos.
Quiero tenerte entre mis brazos, para saber que puedo continuar convida.
Dime dónde estás, y te buscaré.
Te amaré hasta que no respire más
Por ti daría la vida, lo dejaría todo porque estuvieras aquí, junto a mí.
Quiero hacerte sentir que cada día te vuelvo a elegir, quiero vivir la vida entera junto a ti. Y si no podré, es por razones del amor, que no caben en la razón. Razones que sólo el amor puede explicar, aquellas desconocidas que aún no logro descubrir.
Te voy a amar, y hacerte sentir que eres el único para mí... Quiero estar a tu lado, para cuidarte cuando no puedas, quiero estar por el simple hecho de estar.
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