Quizás te conozca de algún lugar... desde aquel momento en que te vi, quería que te quedarás ahí, que estuvieras para mí, pero no lo hacías, estabas a la distancia. Desde los primeros tiempos que te vi, sentí atracción fatal por ti. Jamás quise tener el control de nada, y menos de lo que siento por ti. A veces, el mundo no me hacía sentir bienvenida, y entonces tú entrabas en el mío para hacerme sentir mejor.En tantos años, al mirarte, al sonreír juntos en la distancia, me enseñabas cosas, me enseñaste a querer a alguien por cómo es y no por lo que tiene, ni por quién es. Eso me quedó grabado en la memoria. Siempre estuve celosa de cada mujer con la que estabas, me sorprendían las cosas que sabía de ti, pero luego cómo saber si es real...
Pero al final del camino, contigo aprendí a apreciar la felicidad del otro. Tú eres feliz con una mujer maravillosa, que aprecia de ti, lo que a ti no de gusta de ti mismo. Eres mi diadema perfecta. Y tu mirar me hes infinita, jamás cesa aquel sensacional sentimiento que me has hecho sentir desde el principio.
Infinitamente, estaré apreciando quien fuiste para mí, quien eres, y quien serás. Una de las cosas que sueño es averiguar quién eres verdaderamente. Gracias por ser mi primer amor celeste.
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