Es loco cuando nos intriga la historia de la vecina, la foto de abajo de la heladera, la cara de una empleada de un supermercado, el gato de la esquina... es loco cuando nos cautivan y nos mantienen curiosos. Hay quienes saben hacerlos, otros, como yo, ni pedo en la cabeza tenemos de cómo mantenernos misteriosos y dejar al otro con la curiosidad de nuestro cigarrillo prendido y olvidado en el cenicero.
Y te digo, Señor Curiosidad, sigue en la intriga.
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