Entre tanta multitud...

               Entre tanta multitud, nuestras miradas se topan nuevamente, para que luego, me dejes aquel mensaje y sigas tu camino como si nunca hubiese pasado nada. Te miro al dar media vuelta, y me doy cuenta de cómo continuas sin mí, mientras que yo no puedo continuar sin ti.
               ''Despierta, despierta...'' me decía un susurro al oído, pero el sueño me envuelve y me atrapa cada vez más, no puedo levantarme y a razón de este día nublado, triste y deprimente, se pinta un libro que me acompaña en esta soledad.
               Tal vez, te siga queriendo como siempre, quizá tu olor jamás se esfumó de mi memoria, probablemente, jamás te habías marchado de mí... y sigo aquí, esperándote, esperanzado de ver un mensaje tuyo diciéndome: ''tomemos aquel café de la tarde pendiente hoy...''
               Te recuerdo... entre tanta multitud, mi corazón jamás deja de latir por ti.

''Lejos de las miradas que quedan solitarias para siempre...''

                            A donde quiera que vaya, tú eres mi tesoro más preciado. Por las noches, bajo el cielo estrellado, al ver los puntos brillando, pienso en ti, en cómo estarás... tantas cosas, que simplemente me dejan deseando ser tu sueño.
                            Cada paso que doy, me pregunto por ti... Las noches de otoño, al llegar aquel viento del oeste, mientras las hojas me susurran tu nombre, me llevan a ti, corazón.
                            Tu sonrisa hermosa, al dibujarse, se parece a la medialuna de la noche despejada...

Días de otoño

                           Todo me recuerda a ti... los días de otoño al despertar temprano, cuando llega el atardecer, y el sol abraza los árboles, caminando sobre el pasto, dejando sus destellos de luz, mientras ilumina las hojas amarilla caídas. Aquella escena me recuerda a ti. Por algo, el otoño siempre me lleva hasta ti, a sentirme a tu lado, a mirar a mi lado, y sentirte a allí, conmigo, compartiendo la tarde, sentados en el parque de la esquina.
                           Miro atrás, y me doy cuenta de lo mucho que te he esperado, y que aún puedo seguir haciéndolo. A veces, me siento en un mar de recuerdos, preguntando dónde estás, pensando que todo ha acabo, pero que algún día regresarás.
                           Lo mío fue aceptar todo, porque te quería. No quiero ser alguien que se va tan fácilmente. Cuando miro tus ojos, es como ver el cielo nocturno o un hermoso amanecer. Y como las estrellas viejas, veo que has llegado tan lejos para llegar justo a donde estás.
                           Luego de tantos años, nuestras almas se han encontrado nuevamente, y estoy aquí para quedarme y hacer la diferencia que no pude hacer: no dejarte ir sin un adiós. Tuvimos que aprender muchas cosas, como ser flexibles. Tuve que aprender con lo que tengo, con lo que no soy y con quien soy. No me voy a dar por vencida con nosotros, incluso si los cielos se ponen duros, te estoy dando mi amor. Aún sigo mirando hacia arriba...
                           Y los días de otoño te hacen monumento por el pasado, por nuestra historia. Es por eso, que cada otoño, sin saberlo, sin notar el por qué, pienso en ti sin descubrirlo a tiempo. Eres mi historia preferida, la que no puedo escribir, la que sueño, la que vive en mí a fuego apasionado. Jamás es el adiós...