Retorno a ti

            No sabía el error que estaba cometiendo al dejarte ir, creyendo que así tendrías tu espacio... creyendo que así, volverías algún día a mí..
            Nunca me di cuenta de lo importante que eras para mí, hasta que vi que no volvías más. A veces, con el tiempo, las heridas que ha dejado tu partida, eran más difíciles de sanar que otras, cuando jamás sanaron hasta volverte a ver.
            Tu ausencia tuvo repercusión sobre mí. Al no estar aquí conmigo, mis errores fueron más notables que las de otros. Mi corazón estaba rotos en pedazos, pero tú me sanas con mirarme... Sólo basta con que me mires y vuelva a ser yo, basta que me mires a los ojos para que continúe en pie. Tu mirar me salva de todo, me salva de este mundo donde no hay lugar que pueda esconderme.
            Quién eres, a veces, me lo pregunto. Te miro y no te reconozco. Te busco y no te encuentro. Esta es la historia de alguien que ha amado durante tanto tiempo a una alma, que jamás pudo olvidar... Donde muchas cosas sucedieron, pero por sus caminos. Mi corazón ha huido de mil maneras para enamorarse. Jamás pude querer, ni me pude enamorar de alguien como de ti pude. Quiero a casa, y sé que tú puedes guiarme, sé que al darme la mano, desaparecerá todo mi miedo, y mis ganas de ir tras lo que más deseo será más fuerte de lo que puede ser.
            Desearía poder estar a tu lado, despertar a tu lado, sabiendo que no volverán mis temores. Mi corazón espera por tu llegada nuevamente. No me importaría encontrar alguien como tú. No deseo nada, pero a ti te deseo todo, no me olvides, te lo ruego.

El saber de querer

      En aquél bar, ambos solían encontrarse a la misma hora de la mañana para desayunar. Sólo que ninguno sabía quien era el otro, siempre se sentaban em mesas cercanas. Él la observaba cuando ella asomaba su mirada por la ventana, para mirar el afuera. Y cuando menos se daba cuenta, ella lo miraba a él, cuando éste miraba hacia otro extremo.
      Ella solía preguntarse quién podría ser, qué historia podría ocultar. Moría por descubrir eso y más. En cambio, él sólo se sentaba en aquél lugar para poder observarla, y tratar de descifrar lo que ella escondía.
      Siempre el muchacho podía ver que la joven solía escribir en su cuaderno de siempre, parecía que jamás se le acababan las hojas. No obstante, él se sentaba y solamente observaba.
      Lo que ninguno sabía era que ambos observados por el señor que siempre a la misma hora en una esquina. El anciano lograba ver cómo ambos se miraban sin saberlo.
      El anciano, además de tomar su café a la misma hora que ellos, escribía una historia acerca de ellos, acerca del amor que se tenían sin admitirlo. Eran observados cada mañana por aquélla mirada vieja y desgastada, pero que sabía más que ambos, y podía ver más allá del silencio.
      Una mañana, el mozo de siempre le preguntó al anciano una vez que se acercó a él:
      - Disculpe que pregunte, pero ¿qué escribe? Siempre puedo ver que está escribiendo aquí... sólo. ¿Tiene un amor a quien escribirle?- El señor sonrío aún sin mirarlo mientras que todavía mantenía su mirada sobre el cuaderno, y al costado, sus manos en reposo.
      - Si me permites decirte- comenzó por decir el anciano, luego de levantar la mirada lenta y ver que el mozo se estaba por alejar,- escribo sobre aquéllos jóvenes- dijo al ver que la mirada de éste volvía a él, y los miró, señalandolos lentamente con mano derecha, con la cual sostenía su pluma.- Veo en ellos- continúo- un amor que ni ellos mismos ven. Ella es una profesora de literatura. Él, un empresario que se detiene a tomar café- terminó por decir al mirar al mecero, y éste le sonrío.
      - Espero con poder leerla, si algún día me lo permite.- Antes de abandonar la mesa del viejo, llegó a ver que le robaba una sonrisa, y luego se marchó.
      Desde aquél momento, el mozo los miraba cada vez que podía, y logró entender al anciano cuando le dijo aquéllo el otro día.
      El señor viejo no entendía cómoellos no se daban cuenta de lo que sucedía entre ellos. Tal vez, los terceros podían verlo, pero ellos no.
      Un día, este individuo que los observaba, se sentó una mesa más adelante de ella, y comenzó por observarla de cerca. Vio cómo se le iban los ojos a él, aquél ''desconocido''.
      - ¿Señorita?- preguntó el anciano, a lo que ella respondió elevando la mirada y con un ''sí''.- ¿Podría decirme su nombre, si no es tanta molestía?
      - ¿Mi nombre?- se extraño ella, desvió su mirada un instante hacia abajo, hacia la nada y luego contestó:- Juno.
      Él se extraño al escucharla, y le comentó:- ¿Juno? Suena más a seudónimo de escritora.- Ella sonrió.
      - ¿Usted cómo se llama?
      - Dime Bob, linda- y él también le sonrió.- Debo irme, querida. Nos vemos pronto.
      - Hasta luego- y ella sonrío nuevamente.
      Luego de esa mañana, Bos y ella se saludaban cada vez que podían, cada vez que se vían. En esos días, el viejo Bob pensaba en acercarse al joven, sólo con el sentido de al menos saludarlo. Ese día, cuando Bob lo vio ir al baño de hombres, fue trás él.
      Cuando el anciano entró, el muchacho ya estaba ahí, él lo saludó y el joven respondió. Ambos quedaron frente al espejo mientras se lavaban las manos, cuando vio que el joven las secaba, dijo:
      - Soy Bob, por cierto.
      - Un gusto, yo soy Félix.
      - Un placer- comentó Bob, le tendió la mano, y le sonrió. Bob se secó las manos mientras que el Sr. Félix se despedía y se retiraba del lugar.
      Ahora, le quedaba a Bob por acercarse y conocerlos aun más, si era posible. Bob continuó escribiendo acerca de ellos mientras que iba conociendolos de a poco. Los observaba cuidadosamente, mientras los escuchaba contar sus historias de cómo ambos terminaron en ese lugar.
      Al parecer, tenían un lugar en común en el planeta, en sus pasados, y ninguno de los dos sabía nada.
      La joven, al mirarlo, siente curiosidad al igual que le muchacho cuando la miraba.
      Aquélla misma mañana, Bob se acercó un poco desde su mesa hasta Félix y le preguntó:
      - ¿Por qué?- Bob le daba la espalda a Juno, sin que se diera cuenta. Estaba en la mesa de al lado del muchacho, a su derecha. Él lo miró extraño y le respondió con otra pregunta:
      - ¿Disculpe?
      - ¿Por qué? ¿Por qué no vas con ella y tan sólo conversan?
      - ¿De qué habla, Bob? No sea irracional.
      - ¿Irracional? Irracional sería evitar a un gran amor que está a simple vista.- Félix se quedó perplejo, no lo podía creer.
      - ¿Qué esperas que haga?
      - Vé con ella e invitala a tomar un café, a desayunar juntos. ¿Acaso no hacen eso todas mañanas por separado?
      - Sí, pero...
      - ¿Y entonces? ¿Qué esperas, muchacho, a que se vaya el tren y nu vuelva más.- Félix tomó aire, miró hacia la mesa un instante, y supo que debía ir tras ella. Sabía que Bob bo se equivocaba. Debía intentarlo, sabía que por algo Bob lo decía.
      Levantó la mirada y le dijo a Bob que lo intentaría. Fue hasta ella y le preguntó...
      - ¿Puedo sentarme? - Ella levantó la mirada, no sabía lo que miraba. Y ella sin comprenderlo, y sin dudarlo, aceptó que fuera su compañía de aquélla mañana. La joven miró de reojo al viejo Bob, que éste los miraba desde su mesa, parado junto a ella, mientras que él le sonreía a la muchacha, y ella a él.
      Luego de aquél día, ambos muchachos desayunaron juntos por un largo tiempo. El viejo Bob continuaba la historia acerca de ellos.
      El anciano siguió yendo a desayunar al mismo tiempo que ellos.
      Luego de diez años de desayunar juntos, la joven no estuvo aquél día. El muchacho la esperó hasta una hora después de lo usual.

      Aquél día, Félix se acercó a Bob, y lo interrumpió:
      - Viejo Bob.
      - ¿Sí?- preguntó éste con su voz ronca y con la mirada lenta.
      - ¿La ha visto a Juno?
      - Ella...
      - Ella no vino a desayunar esta mañana. Me preguntaba si sabía algo- el moz que los atendió durante tanto tiempo, los observaba desde cerca y lucía preocupado.
      Bob no sabía cómo decirle, qué palabras usar... El mozo se acercó y le pidío hablar con Félix. Ambos se alejaron del viejo amigo, y prosiguió a comentarle lo sucedido.
      - Félix... - Susurró éste sin poder sostener la mirada- ella...
      - Por favor, no me digas que algo le sucedió.- El mecero bajó la mirada, un instante más y lo miró nuevamente.
      - Anoche, quisieron asaltarla cuando venía para acá con una amiga. Sucedió a una cuadra de aquí. Ella sufrió leciones graves. Por ahora... por ahora está en coma- dijo con tanta tristeza. Tras decirle qué hospital era donde estaba, él fue tras el primer taxi que vio. Quiso ir con Bob, pero aquélla mañana sentía que aún no podía ir, así que, le pidió que le llevara flores por él, que lo lamentaba mucho, pero iría al día siguiente. En cuando se lo prometió, Félix ya estaba en camino a verla.
      En cuanto la encontró, vio a varios amigos de Juno junto a ella.
      - Hola- dijo éste al ver a los tres ahí. Se le podía ver la tristeza en los ojos.
      - Hola, ¿cómo estás?- saludó una joven cercana a la puerta.- Juno jamás nos contó de ti...
      - Am... soy Félix- comentó éste aún en la puerta con las flores.- Soy un amigo del bar.
      - Oh... Mucho husto. Yo soy Clara y ellos son Catalina y Julian.
      - Hola- dijo suave. Ambos le devolvieron el saludo.
      Luego de tantos años de desayunar junto a ella, la conocía lo suficiente como para no serlo... como para amarla.
      - Nosotros ya nos ibamos- comenzó por decir Catalina al ver cómo el joven del bar la miraba. Supo, entonces, que la amaba.
      - Pero Catalina...- sugerió Clara. La primera le dijo que no con la cabeza.
      - Debemos seguir con nuestro labor- y con sus cosas comenzó a irse. Los amigos la siguieron, y luego... Catalina les dijo la razón por la cual debían dejarlos sólos.
      Félix, luego de aquél día, fue a verla todos los días, y le leía poesías...

¿No te acuerdas?

            Estás presente en mi mente, en mí... en las noches, te veo en sueños, y luego cuando amanece, te pienso y no sé cómo logras estar tan vigente en lo más profundo de mi ser. Ahora te miro, y me pregunto si te acuerdas del pasado, de nuestro pasado, el que una vez tuvimos, en el cual, ambos estábamos ahí.
            Han pasado años, y me dices que te has olvidado de mí. ¿Cuándo fue la última vez que pensaste en mí? ¿Me has olvidado por completo como para no reconocerme ahora? Por favor, recuerdame una vez más.
            Cuanto más lo pienso, menos entiendo porqué han pasado tantos años desde la última vez que nos vimos, y jamás nos vimos nuevamente. Te miro, y lo que más deseo es poder conocerte otra vez, poder estar junto a ti, cerca y en la distancia. Tan sólo tú me das calor como un sol. Sé que nunca encontraré alguien como tú... pero no me importaría si sucede.
            Ahora en más, no me olvides, te lo ruego. Por ti me sumerjo en un océano de sueños donde tan sólo tú y yo bailamos la danza de dos almas enamoradas... donde nadie puede vernos.
            A veces, el amor duele, a veces, reconocer las cosas cuesta, y nos duele.
            Amor de mi alma, tómalo todo de mí, sé parte de lo que soy más que nunca. Siempre me pregunté porqué estás tan presente en mi vida, porqué eres importante para una simple persona que trata de ganarse la vida escribiendo historias que aún no salen de su mente.
            Ven conmigo y conoce de mí lo mejor, y a lo último, lo peor... para encontrar todo lo que hago por ti. Baila conmigo hasta que amanezca y no podamos continuar. Recuerdame amándote...

Carta a un amigo

            Amigo mío, tú que me escuchas... ahora espero con leas esto que te dedico. Sé que no buscas enamorarte en estos tiempos, donde la marea está alta, donde el océano siente una fuerte atracción por la luna, pero si no te atreves, si no te arriesgas a una amistad sabiendo que es para eso, jamás podrás controlarte, o poder aprender a saber cómo seguir adelante, sin que los demás lo noten.
            ¿Sabes? Yo te elijo como mi amigo, porque sé que eso podrás ser de mí, porque sé que sólo puedes ofrecerme amistad, como yo a ti. Y cada segundo que paso contigo, tan sólo deseo poder abrazarte, escuchar más de ti, aprender lo que tienes para enseñar... pero tan sólo me das a entender que ni quieres arriesgarte a una amistad donde muchas cosas están claras.         
            Mírame a los ojos, y descubrirás mucho más de lo que puedo decir, más de lo que puedo dar. Al estar junto a ti, me devuelves la seguridad, la confianza en mí, la que una vez tuve hace muchos años, la que el tiempo me arrebató. Al estar contigo, me siento viva, por fin, cuando en realidad, sólo un hombre en mi pasado lograba provocar en mí lo que tú logras. Es por eso, que si decimos algo que nos molesta, o que nos hace enojar, le doy importancia, por ti.
            Una vez te dije: ''quiero conocerte... porque sé que vales la pena.'' Quiero que sepas que es verdad, pero esta noche quiero volar, sí, esta noche, quiero volar junto a ti, y recorrer la ciudad para darnos cuenta de que hay alguien con quien podamos contar cuando el mundo nos falla...
            Quiero continuar esta vida con quien a sido difícil encontrar en mi vida luego de un amor que casi me cuesta la vida... quiero estar ahí para ti. Quédate a mi lado, quédate... que la vida por algo nos puso en el mismo lugar. Te extraño cuando no estamos juntos, te necesito...
            Es bueno escuchar tu voz. Espero que luego de que me marche de aquí, te vaya bien, y si alguna vez te preguntas, estoy sola esta noche, esperando a volver a verte algún día. Y ese día, te pediré que te quedes, por favor, quédate siempre.

Vuelve a mi lado

            Si vuelves a mí, entonces sabré que he encontrado mi camino de vuelta a mi ser, a mi mundo... a lo que perdí en los últimos tiempos. Vuelve a mí... sé que suena egoísta, pero necesito de ti para ser quien soy en verdad.
            Pienso en ti, y se me dibuja una sonrisa en el rostro, tímida pero sé que ahí está. En cada esquina en donde estoy, en donde quiera que esté yo, cuando pienso en ti, sonrió, y cuando me doy cuenta, trato de disimularlo. Eres inevitable para lo más profundo de mí.
            A veces, pienso cómo sería mi vida si dejara de recordarte, si te olvidara... pero a la vez, sé que no podría olvidarte tan fácil. Tendría que sucederme algo grande para dejarte en el pasado. He intentado dejar de pensarte por un instante, pero luego me encuentro pensando en ti.
            Ese día en que nos encontremos para tomar un café y conversemos... estaré tan puntual, no perderé ni un minuto de nuestro tiempo juntos. Tengo miedo de que este amor no sea mío, de que no llegues a nuestra esquina. Pero te esperaré lo suficiente como para saber que ya dejé de importarte, que lo nuestro sólo tuvo lugar hacer once años.

Creer en el amor... debido a ti

            Mi corazón va cubriendo mis miedos, mis deseos, mis secretos, mis tesoros... ''Despiértate'', me ha dicho al oído, me dijo ''no pierdas tiempo, quién sabe... tal vez es hoy''.
            Con mis sueños aquí voy, no es tan simple caminar esta soledad si tú no estás. Guardo mis secretos para cuando afuera sea abril, y aquí sea septiembre. Tus ojos ya no me ven... No puedo escaparme de tu olvido, el que me marcó para siempre.
            Puedo naufragar en los siente mares, y aun así, mi amor por ti jamás morirá. Vida mía, estoy muriendo lento en mi prisión. Sé que tu amor me puede salvar. Es lo que siempre me ha tenido a flote. Con tus besos puede respirar, con tus abrazos, descansar en paz... Contigo, soy una mejor persona, me haces una mejor mujer, me haces desear serlo, continuar, levantarme cuando me caiga...
            Cuando pierdo mi fe, tú de me la devuelves. Eres mi salvavidas, sin importar que la vida nos mantenga en la distancia. Eres el arco iris de mi esperanza. Tus pequeños granitos de arena dejan marcas en mi piel, en mis venas... en mi corazón.
            Simplemente, mi alma sigue intacta por tu amor, esperándote. Dejas en mí mis ganas de seguir tus rastros... de no perderme en la gravedad por ti. Una vez fui todo que fui porque en aquél entonces, mi amor por ti era demasiado intenso, y ahora... me perdí en el camino porque perdí tu rastro, y vuelvo a ser yo, porque te encontré entre las hojas del otoño pasado.
            Por ti, creo nuevamente en el amor, vuelven a mí mis deseos de enamorarme, mi inspiración para escribir nuevamente... por ti, sueño otra vez con lo que una vez soñé: ''con el amor verdadero''.

Quédate hoy, quédate aquí

            Tengo miedo a enamorarme de alguien que no me corresponde. Pese a que quiero enamorarme de aquél hombre que no he podido olvidarme en diez años, con alguien en este momento, tengo miedo de ir a él, enamorarme sabiendo que él no se enamorará de mí.
            En cuanto emprenda nuevo rumbo a nuevo destino, creo pensar que es mejor despedirme de aquél hombre que no me corresponde. Sus miradas son hermosas y me cautivan... pero sé que las mías no lo cautivan a él...
            Sé que siempre marcharme es mejor, huir de donde sea.
            Nunca podremos mirar las estrellas para prometernos ser siempre uno en la distancia. El hoy es un misterio que nos va matando, mientras el mañana es más misterioso todavía.

Nunca me olvides, te lo ruego...

            Recuerdo cuando tú decías que aún no te enamorabas. Una vez quise que nos enamoráramos mutuamente, pero mientras que intercambiábamos palabras del ayer, del hoy, del mañana, me daba cuenta de que simplemente te darías cuenta de que quien soy en verdad... alguien de quien no te hubieras enamorado jamás, mientras yo te quería en aumento.
            Hoy, con un beso, te cuento esta historia que no se acaba... hasta llegar a su fin. Sé que en cuanto me marche, me olvidarás, porque como una mariposa que nace para vivir un día, entro en tu vida para salir así como así.
            ¿Qué crees que escondes más que nuestro beso primero? Más que eso, te sigo buscando, para ver que no eres tú el amor de mi vida, para hacer mi teoría realidad. Sigo a tu lado, sin que te des cuenta, para comprender que no nos podemos enamorar, por más que lo intente. Soy consiente de que aquélla noche fue sólo de una noche, pese a que quiero tu amistad, para que descubras quien soy en esta realidad.
            Amigo, no resisto más a tu sensual movimiento. Ya me tienes entre tus manos. Sé que sería un error enamorarme de ti, pero no me arrepentiría jamás si sucede, como jamás me arrepiento del encuentro de nuestros cuerpos, sabiendo que jamás podría suceder algo más.
            Después de lo que sucedió, pensé que aquél ''amor'' había muerto, pero tú te acercas y no sé qué hacer. Cómo explicar todos los secretos de tus sentimientos. Cuando cruzamos miradas, sé que no podrás enamorarte de mí, cuando me ves y me acerco, tú te alejas otro poco y ya no sé qué hacer.
            Cuando estoy contigo, sé que se tratan de los colores en el rostro, los que no puedo explicar. No puedo alejarme ahora... pero en un tiempo emprenderé mi camino hacia donde tú no estés, sé que me dolerá un poco... pero lograré superarlo.
            Sólo debes saber que tus abrazos me curan... me salvan.

Entre la multitud de la vida

            Sigo caminando entre tanta gente, y cuando me detengo, me doy cuenta de que he cambiado radicalmente por dentro y la razón son sucesos de este último año, en el cual, en la historia de mi vida, me han pasado cosas que me han hecho cambiar sin pensarlo.
            Me detengo para decir: ''ésta que está en mi reflejo no soy yo''. Vuelvo a leer mis historias de hace un año atrás, y descubro la pasión con la cual los he escrito. Tan sólo, lo que más anhelo desde mi profundo ser es ser yo nuevamente. La que se apasionaba con la simple mirada de su amor platónico, la que tenía la esperanza de reencontrarse o encontrar a aquél amor que es para siempre, la que hoy no es.
            Siento lo mismo que sentía aquélla persona que fui hace un año atrás, y me da deseos, fuerzas para ser ella, para ser quien era en verdad... Extraño ser ella, extraño escribir con pasión, llegar a casa y escribir sobre el sentimiento más fuerte y reciente por aquél amor puro. Simplemente no quiero olvidar quien era, quien en verdad soy, y lo estaba haciendo... hasta que me di cuenta de que me estaba perdiendo a mí misma por cosas de la vida.
            Por eso mismo, doy una parada a mi vida, para poder continuar...

Qué crees que escondes

            Por alguna razón siempre vuelvo a sentarme cerca de aquél amor que es simplemente platónico. Mágicamente, puede sanar mis heridas abiertas, aquellas recientes.
            Vuelvo a ti por desdichas que pasan, porque tiendo a hacerlo debido a que te extraño en alma y ser. Eres el extraño más extraño. El que me envuelve en un amor desconocido, que jamás será hecho en vida. Sólo será una historia más de mi colección.
            Vuelo cada nube buscándote para cruzar palabra alguna, y alguna mirada. Porque cada vez que quiero sentirme como en casa, cada vez que busco el camino a mi lugar, estás ahí. Estás porque tienes que estarlo, y si no te veo, es porque te escondes para que nadie te vea.
            Me haces sentir que vuelvo, que no me pierdo, y si lo hago, sé que puedo estar ahí para encontrarme. Eres mi guía, eres quien me ilumina mi camino sin saberlo. Haces algo pequeño por mí que nadie puede ver, ni tú, ni yo, ni los demás.

Eres mi mayor tesoro

           Cada día, al despertar de cada amanecer, tú estás ahí... estás entre mis pensamientos más recientes. Eres a quien más anhelo durante el día. Y cuando encuentro tu mirada, la paz me invade, mis ganas por ir a abrazarte corren y corren más fuerte por mis venas, mi mente suele estar tranquila y mi corazón suspira frases por ti.
           Desearía enamorarme de alguien como tú. Mi mayor deseo es ser parte de ti, de lo que haces, de lo que miras, de lo que sientes... Es poder estar en todo lo que tocas. Si pudieras entender lo que provocas en mí cuando mis ojos encuentran los tuyos, aquél sentimiento que aún trato de descubrir. Todo aquéllo que me haces sentir cuando sólo se trata de nosotros comparados con el mundo entero.
           Tú, tan sólo tú haces en mí lo que otros no pueden con su cuerpo. Descubro otros cuerpos, descubro otros mundo, y aún así, sigo pensando en ti. Y no logro comprender el porqué de aquéllo. Caminaré sin parar, hasta llegar a ti, mientras que me paso el tiempo pensando tan solamente en tu persona... Es en este preciso instante que me doy cuenta de que puede haber una sola razón por la cual vivas en mi memoria constantemente.
           Cada persona que puedo ver, a simple vista, con toda la multitud de gente, son hermosas personas. Pero si es algo profundo, hay que descubrirlo. Por ti, navegaría los siete mares hasta llegar a tu lado, no importa cuánto, ni cómo... sólo importa llegar a ti.

No me olvides, te lo ruego...

            En estos días soleados, te busco y no te encuentro. Abre tu alma ante la mía y verás un arco iris, que antes... que antes no podía acercarnos. No te quiero perder, te elijo por el amor que te tengo. Tú... quédate junto a mí, así puedo permanecer a tu lado, para yacer juntos y amarte cada día más.
            Siempre quédate, porque siempre me quedaré junto a ti, sin importar lo que nos suceda con el tiempo. Quiero que me mires, y comprendas lo que esto puede ser. Te regalo mi amor y mil rosas. Nunca encontraré alguien como tú... no me olvides, te lo ruego. Tú no sabes lo que es pasar los días sin ti, pese que en mis días estás presente en mi alma, en mi ser... en mí.
            Desearía que nunca nos hubiéramos alejado. Nada se compara contigo. Con tu forma de ser, con esa forma que tienes para moverte, con tu forma de hablarme... quiero descubrirlas, para amarte más de lo que ya te amo. Nunca dejaste morir a mi ser junto a mi corazón. Te quiero más que a mis años... y tú ni siquiera lo sabes.

Cuando te necesitaba

            Cuando te necesitaba en aquél momento en donde todo se desmoronanaba, cerraba mis ojos y pensaba en ti. Me preguntaba qué harías o qué dirías en mi lugar, o como consejo. Tan sólo cuando te necesitaba pensaba en ti.
            Sin embargo, pese a tu constante ausencia, tuve que seguir sin ti, aprender, equivocarme, caerme y levantarme por mí misma, porque nadie lo haría por mí, por supuesto... pero nunca tuve un consuelo... tu consuelo para que yo supiera que podía continuar con mi camino.
            Si pudiera retroceder el tiempo y decirte: ''quédate, te extraño... te necesito y te amo más''. Nada cambió a través del paso del tiempo, donde mis ojos podían ver aquél amor que siempre sentí por ti. Es difícil cada día, dar un paso y que no estés.
            Nunca quise perderte. Te elegí en cuanto me di cuenta de lo importante que eras y eres para mí. En todo este tiempo que ha pasado, he guardado mi querer para ti, el que una vez tuve, lo conservé y ahora quiere salir de mí para ti. Tan sólo debes conocerme, conocerte... volver a mí, volver a lo que una vez fuimos, tomar aquél café con una charla que abunde los mares, pese a que no me saldría constantemente fluido las palabras.
            Simplemente, quiero que me descubras, que veas de mí lo que pocos ven, lo que dicen ver. Quiero mostrarte quién soy en verdad, y sé que tengo la oportunidad de hacerlo... no de enamorarte, si no de que nos conozcamos nuevamente, pese a que... tal vez... yo me quede pensando en ti para siempre como la última vez.

Dos caminos, dos historias que al final son una sola

            Yo no elegí amarte. Los sentimientos se fueron dando a medida que iba pasando el tiempo junto a ti, quisiera o no, así fue... así sucedió cómo me enamoré de alguien que supo ganarse mi amor, mi respeto, mi confianza, estar en mi memoria pasara lo que pasara.
            Cada día te elegía por la simple razón de que cuando entraba en contacto contigo, sentía que por fin, habría realizado uno de mis mayores deseos: estar enamorada.
            Tus palabras golpean fuerte mi puerta y yo no sé cómo responder a semejante luz brillante que me ilumina cada vez que se dirigía a mí. Vuelvo a ti, como a nadie, te he amado como nadie pudo seducirme junto a tu cuerpo desnudo.
            Te escribo cada carta, con la esperanza de que llegues a leerla, de que entiendas lo que una vez sentí por ti, que aún sigue vigente. Con tu boca logras lo que otros no pueden lograr con su cuerpo. He luchado en cada guerra en la que he estado, pensando en ti, preguntándome qué harías o dirías en mi lugar...
            Y cada vez que te pienso, tengo millones de cosas que siempre he querido contarte a ti, por ser tú. Ahora es cuando me doy cuenta de que a veces uno no puede evitar situaciones de la vida, cuando hay otras que sí las puede evitar, y nos preguntamos cómo. Tan sólo perdóname por estar presente en tu vida hoy, de una forma u otra, pero no me arrepiento jamás de haberte buscado, y encontrado cuando era lo que más quería... y ahora, ¿qué es lo que más quiero? Estar contigo para que me conozcas otra vez. Quiero estar contigo luego de querer, desear encontrarte...
            Sólo piensa en esto: a veces, suele doler el recuerdo más fuerte que una vez tuvimos, amor de mi alma.

Sobre todo

            A través de los años, mientras tu ausencia estaba en mi vida y sigue vigente, he aprendido y sigo aprendiendo cosas sobre la vida, mi forma de pensar es diferente a otras, pese a que me aceptan con mis diferencias, mis gustos...
            Qué sabes tú de mí. Qué sé yo de ti. No puedo olvidarte por razones que hasta yo desconozco. Sobrevivo entre mares mientras que tú sigues navegando sin saber de mí... A veces me pregunto cómo puedo seguir sobre la tierra, mientras que estás allá afuera.
            Mil misterios me evaden sin respuestas. Continúo el camino que albergo de la esperanza hasta llegar nuevamente a ti. Y jamás podré descubrir si esto es estar enamorada de alguien mientras no me dejes entrar en tu mundo. Me evitas, si es que se puede llamar de alguna manera lo que tú haces conmigo, mientras que trato de acercarme a ti para ''recuperar los años perdidos''.
            Al mirarte, sólo logro recordar lo que una vez fue un amor que jamás logró florecer entre ambas personas. Si tú sigues con tu vida, es porque nunca fui alguien quien tuviese importancia en ti. Entonces... ¿cómo lograr que estemos al tanto de nuestras vidas si ti nunca te interesó?